El teatro de los aparecidos

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viernes, 13 de diciembre de 2013

Nuestros ojos dejando de brillar I.

Tus ojos la observan, como si quisieran guardar cada una de sus arrugas, sus miradas, sus sonrisas. La miras como si pudieras besar el piso por el que camina, como si el aire se apartara cuando ella se aleja. La miras como el deseo del desierto esperando a la brisa, sofocando los lamentos de arena misma.
La miras y apartas a todos los humanos, algo se apaga y tu atención solo se centraba, en mi hermana.




Ella no es mala, pero me ha quitado todo. A mi madre, a mi padre y al único al que adoro.

Sus ojos no pueden quitar la mirada de ella, de cómo camina, de cómo habla, todo lo que ella hace parece obra de magia. Primero ella es cálida como los besos del sol en verano, segundo es amable como el cielo anaranjado, tercero y último es ingenua como las flores blancas, pura hasta lo doloroso.
¿Y yo? Bueno, yo estoy rota, jodida, dañada, sobrecogida, trasplantada en mala tierra. La peor elección para amar.
Él te toma de la mano y me obligo a sacar el aire suavemente por mi nariz, mientras trato de mantenerme calmada.
Los miro, esperando ver cómo me volverán a acuchillar esta noche, como el dolor me romperá en los peores lugares y como deberé recoger mis pedazos después de sus actos. Se miran con adoración, con amor puro sin diluir. Mi corazón duele, mis piernas se debilitan y mi alma explota, pero no para bien, nunca para bien. Mi cara se muestra fría sin ninguna fisura, los miro con ojos aburridos como si no sintiera nada. Esta ha sido mis mascara desde el comienzo, mi única manera de mantenerme viva. Cuerda.

Comienzas a hablar con tu voz suave y dulce "Nos vamos a casar" mi estomago tiembla y el dolor me aplasta por dentro, pero en vez de caer bajo el. Pongo mi espalda más recta y mi cabeza más alta. Me miras y sonríes; porque sé que me amas, yo asiento una vez y mis labios se levantan pocos centímetros. Él sigue tu mira, me ve y levanta una de sus preciosas cejas oscuras como la noche; mi cara vuelve a helarse mientras lo miró y asiento hacia Él también. Entonces todos gritan, Papá, Mamá, todos tus amigos y sus amigos. Veo como todos caen encima de ti como abejas africanas hambrientas y sé que este es el momento perfecto para correr. Escapo con pasos rápidos y ligeros. Nadie me pone atención. Tomo mi cazadora del respaldo y camino hacia afuera, mientras juego con las llaves de mi moto BMW. Salgo por la puerta y cierro tras de mi silenciosamente, me pongo el casco y me subo. Es entonces cuando escucho la puerta volver a abrirse, Él está allí con los brazos cerrados sobre su pecho y mirándome molesto "¿A dónde vas?" pregunta y antes de dejarme contestar, dice "Ella te necesita allá adentro" mantengo mi vista solo dos minutos sobre Él, es el único tiempo que me permito para realmente verlo, luego, miro al frente, prendo la moto y me alejo con la mayor velocidad de la que soy capaz de manejar.

Tomo las curvas muy cerradas a toda velocidad, mi corazón late con locura y eso me tranquiliza. En momentos como estos puedo ser real, se quién soy, se lo que debo hacer y eso se limita a tres palabras "tomar más velocidad". Después de dos horas manejando como una completa desquiciada imprudente; de haberme alejado lo suficiente para sentir que no necesito nada de lo que hay atrás, respiro totalmente relajada. Paro en una gasolinera 24 horas, lleno el tanque y dejo la moto estacionada en un restaurante que hay a lado. Entro y pido una hamburguesa y soda coca-cola. La mesera me dice que pronto estará lista y se va. Saco mi celular y llamo. Después del algunos intentos contestan "¿Qué pasa Bebe?" pregunta una voz profunda y rica, me limito a responder "Hoy, fiesta en tu casa" mi voz es suave, pero directa. "Oye, que tal algo como: Mi amor te extraño ¿cuando volveré a tener el gusto de estar entre tus sabanas?" el usa su voz juguetona, pero hay algo de esperanza filtrada en ella, también un poco de debilidad. Quizás y solo quizás miedo.
"Tal vez más tarde, quien sabe..." uso mi voz más coqueta y escucho como traga duro por la línea "Eso es todo lo que necesito" dice el sonriendo, lo puedo sentir. "Bueno, iré temprano a tu casa, así te ayudo a comprar las cosas que necesitamos."
"No tardes mucho, estoy aburrido y te extraño como un loco"
"Está bien... Se me olvidaba quiero la recámara principal para nosotros" No lo dejo responder, cierro y una sonrisa traviesa se cuela por mis labios.
Como sin mucho interés, solo para hacer algo. Dejo que el dolor me parta un ratito. Cierro los ojos. Lo observo a Él, sonrisas dirigidas a ella bailando en sus labios, el brillo en sus ojos mientras esta ella en sus brazos, la manera en que susurra a su oído. Todas esas imágenes bailan sin un patrón a través de mis ojos y sé que no va a ser mío ni ahora ni nunca. De repente me golpea de nuevo sus palabras "Nos vamos a casar" el aire escapa de mi rápidamente y mis labios se abren como si hubiera recibido un golpe en el estomago. Mi cabeza solo puede pensar una cosa "El va a ser totalmente suyo" si aun tenia ilusiones, ellas acaban de terminar muertas, como las flores resecas. Miro hacia la nada tratando de calmarme, mi celular suena, veo la pantalla y dice "Hermana". Observo cómo suena una, dos y tres veces. Abro la tapa, saco la batería y continúo comiendo.

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