Adios, adios.

El aire se filtra por mi ventana; haciendo bailar a mis cortinas. Un cálido sentimiento entra por mi pecho, calentando mi alma ya caída. Susurrantes mis cortinas entre la noche danzan, canciones ya olvidadas de un pasado ya muy triste. Risas y risas se escuchan en mi casa. De mis abuelos, de mis primos, de mis hijos fallecidos. Calavericas manos tocan mi rostro tomando mi ultimo hálito de vida. Creo escuchar a una persona gritar diciendo no me dejes; mis parpados ya dormidos tratan de abrirse por ultima vez pero la pesadez le gana a mi voluntad; y lo ultimo que puedo llegar a escuchar antes de estar apunto de pasar a otro plano espiritual es un grito del sufrimiento desbordante y un muy claro “te amo” bañado en lágrimas dulces. Adiós dice por última vez mi corazón, adiós responde una pequeñísima voz en un rincón de mi razón.